La estimulación favorece la formación de un niño seguro de sí mismo, sociable y con una mayor capacidad para aprender. Está demostrado que el cerebro del bebé, en su primer año de vida, crece rápidamente y que la inteligencia infantil es una verdadera caja de sorpresas que es necesario incentivar constantemente.
Los papás, como primeros amigos y compañeros del pequeño, deben impulsar su desarrollo mediante juegos, palabras e interacciones que lo hagan desplegar todo su potencial.
Para despertar la razón desde los primeros instantes de vida del niño hay que tener en cuenta que los bebés aprenden más y mejor haciendo que observando. Entonces, conversar con él, utilizar gestos pronunciados al hablarle, acariciarlo, propiciar la risa de tu pequeño, hacerlo tocar diferentes texturas y jugar con él, son actividades que sin duda estimularán las conexiones de sus neuronas.
Recién nacido y apego
El vínculo que se desarrolla entre la madre y el bebé es un estímulo muy importante. Una vez que se produce este encuentro cara a cara se desarrolla una relación de apego y confianza que sólo es posible entre el recién nacido y su progenitora. Los estímulos que se generan durante esta etapa estarán basados en los lazos que se crean, ya sea cuando tomas al bebé entre tus brazos, al besarlo, mecerlo, alimentarlo, hablarle, mirarlo y al mudarlo. De cada una de estas experiencias dependerá la capacidad del niño para entablar vínculos afectivos, desarrollar seguridad en sí mismo, formar su autoestima y desenvolverse en su entorno. Lactancia Es durante la alimentación cuando el lactante, a través del contacto de la piel con su madre, recibe una serie de estímulos que son importantes para su desarrollo personal y afectivo. Mediante este proceso percibe olor, voz, cariño, mirada y calor de su madre, y por esta razón es importante que, dentro de lo posible, el bebé sea amamantado. Estos estímulos son retribuidos con la quietud del recién nacido cada vez que su progenitora lo toma entre los brazos. La presencia del papá en la lactancia ayudará a establecer los lazos de manera más rápida que dejando esa tarea sólo en manos de la mujer. Ambos progenitores se benefician al apoyarse y ayudarse mutuamente en el cuidado de su hijo.
Estimulación y no sobre estimulación
Los niños desde el nacimiento utilizan sus sentidos para percibir el ambiente que los rodea y son como una esponja dispuesta a absorber a cada instante nuevos conocimientos.
Hay que crearles un ambiente de aprendizaje atractivo y agradable, rico en estímulos sensoriales. Es decir, podemos utilizar una amplia gama de objetos para que el niño pueda tocar, ver y escuchar. Las guaguas aprenden ante los estímulos, pero hay que considerar de manera muy importante que la sobre estimulación es contraproducente. Los estímulos deben ser suaves y siempre deben ir acompañados de muestras de cariño, en medio de un ambiente tranquilo.
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